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Calidad Gesmed

Casi a diario asistimos a un debate sobre los límites en la vida de las personas. No hace mucho el científico, José Luis Cordeiro, investigador en la NASA, anunciaba que en 2045 será posible la inmortalidad. Al mismo tiempo, la revista Nature publicaba que los límites, querámoslo o no, existen. Los sitúaba alrededor de los 125 años. Mientras tanto, los mortales actuales, ¿qué hacemos? ¿nos cruzamos de brazos en espera de futuras posibilidades? Aún cuando Antonio Vega, en una de sus canciones, nos decía que “el tiempo se ha parado, ya no envejecerás”, el día a día es tozudo, y también real.

En Gesmed, los trabajadores, los familiares de cada una de las personas atendidas, pero sobre todo ellos, los nuestros, hemos optado por actuar. No cruzarnos de brazos. El primer objetivo es que la persona se sienta dueña de sus capacidades. De cuantas más y en las mejores condiciones, mejor. Estar convencido de ello exige respeto por la intimidad, trato diferenciado según las necesidades de cada persona, atención a la familia, y ofrecer una respuesta social basada en las relaciones humanas.

Los avances científicos son muy buenos compañeros de viaje en este proceso. Toda mejora en la salud de las personas es un éxito de la humanidad. Cualquier avance es bienvenido. Si, sí, todo eso está muy bien, como diría el escéptico, pero y mientras tanto… Sí. Todavía colea la duda entre disponer de muchos años de vida o hacer entre todos que más que la cantidad de años nos ocupemos de la calidad de vida. En Gesmed hace años que apostanis por la calidad humana en los trabajadores, por el trato personalizado con los familiares y los usuarios, y por el intercambio de experiencias que permitan avanzar en un sector como el sociosanitario que en pocas décadas se ha consolidado. Y como estamos convencidos de ello, consideramos también que las respuestas actuales a la realidad son un activo de la colaboración social que debe presidir la mejora de las condiciones sociales de la ciudadanía.